inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



19.2.11

Déjame a mí que diga,
déjame a mí que hable;
pues cuando esa inquietud te persiga
acude a mí para expresarte,
y tómame como una amiga
que sólo quiere ayudarte.

¿Pensaste una historia realmente,
o una fábula de animales?
Deja que las semillas de tu mente
se siembren con palabras y frases
en la tierra fértil de los papeles.

¿Que un relato despertó tu musa,
o aquella leyenda tu inspiración?
¿O ese cuento de hadas fue la excusa
que encendió tu oculta pasión?

Pídele consejo a la escritura
para que escriba por ti la partitura
de tu música interior,
y aprende después la destreza
de escribir como aquel escritor
que sintió reflejar la belleza
cuando una palabra escribió.