inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



19.5.12


Un reflejo cautiva mi mirada al cielo:
quizá de su azul son sus ojos,
acaso amarillas sus lágrimas
y no sé si de sus labios es el rojo
o de su mirada ese verde esmeralda.

Anaranjadas serán sus palabras,
suave violeta, quizá, su tristeza,
y serán de la Luz y del Agua
ese color que conforma su Alma.

No sé, pero quien pinta de Iris su Belleza
dibuja también, con un Arco, su Elegancia.


14.5.12

De lejos se va acercando la luz, esa luz, desde ese alba que no sabes cuándo despierta ni cómo surge ni quién la engendra. Calladamente se va acercando la luz, desde el oriente que crece y que a todo acoge en sus brazos y lo alimenta, y se acerca adorando al aire y besa los iris de tu mirada e inunda los pozos de la admiración. Se acerca la luz, callada, y no flota ni vuela ni desciende ni se eleva, ni habla ni sueña... sino sólo acaricia. Acaricia con sus manos suaves, con sus labios encendidos, con sus ojos que resplandecen mojados por las gotas de su misma sencia. Acaricia con el mismo amor al agua y a las piedras, y a las nubes y a las hierbas, mas deja aún dormir a las sombras para que sueñen con ella. Acaricia la luz, sutilmente, con esa sublime presencia que regala mil colores y los posa con ternura y parsimonia en las formas infinitas del mundo. De lejos se va acercando la luz. De lejos se va acercando...