inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



20.5.11

Soy la que surge de los sueños de la tierra húmeda
que se elevan invisibles de los campos y praderas
y se hacen realidad para adornar el cielo.

Soy la que se deja arrastrar por los deseos del viento,
la que se aparta y deja al sol brillar sereno,
la que lo cubre en días de llorar amargo.

Soy la que se consume como un pensamiento suave,
la que se transforma sin sentir dolor alguno,
la que dice sin voz, la que habla sin palabras.

Soy de la tormenta la guarida
donde duermen sus pesares
que despiertan ruidosos.

Soy blanca luz pintada en lienzo azulado
por los trazos primorosos
de unas manos divinas.

He encendido el Sol y he arropado a la Luna.
Tú me has visto mil veces, pero…
¿me has mirado alguna?