inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



7.10.12

Desoladas habéis manado
de las fuentes de mi tristeza
reflejando en vuestras pieles transparentes
las razones de las penas de mi alma.
Como lagunas que se llenan
colmasteis mis ojos
desbordándoos en silenciosa cascada.
Después caísteis como lluvia amarga
siguiendo fieles los surcos resecos de mi arena.
Llevabais mi alegría allí ahogada
como un torrente que arrastra en su lecho a las piedras.
Bajasteis presurosas mis rosadas laderas
y llegasteis hasta mi boca,
y allí os saboreé
creyéndoos dulces como las mil gotas de un río
¡mas erais saladas...
como las de un mar atormentado!