inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



23.11.10

Quizá no me sirvan de mucho las palabras
ni me sirva aun de mucho la mirada
para tomar de esas manos grandiosas y serenas
el regalo inmenso de su inmenso esplendor.

Quizá sólo me baste callar,
quizá sólo me baste cerrar los ojos y abrir los del alma;
quizá me baste tan sólo sentir el correr de un torrente,
mojarme en las olas del viento,
respirar los aromas que de la tierra escapan,
vibrar con el latido de las piedras,
saborear el fragor que adora a los árboles
y los balancea elegantes hasta que encuentran su sueño.

Quizá sólo me baste reflejar mi rostro en las lagunas
y dejar allí flotando mi sonrisa
y dejar allí ahogada mi tristeza,
u olvidarme a mí mismo una noche sin luna
en un sendero perdido que nunca termina.

Quizá sólo me baste elevarme hasta las nubes
como el volátil recuerdo que queda del rocío en el alba.

Quizá sólo me baste ser un jirón más de la bruma
y dejarme arrastrar esparciendo mi esencia en el aire,
fundiéndome en la incólume Armonía de la Naturaleza.

11.11.10


Es de las perlas la blancura;
el sutil susurrar, del viento;
el velo ingrávido, de las brumas;
y del cielo de la noche son los brillos
que desprenden sus luceros.

Son del agua los reflejos
y del sol las aureolas,
y los aromas pintados de colores,
de formas ondulantes y sinuosas,
son de los campos de lirios y amapolas.

De mi corazón ya no es la tristeza
ni de mis ojos el llanto,
pues ayer escuché el sutil canto
de las doradas voces de la Belleza.

5.11.10

En cada hilo transparente que enhebra
con sublime delicadeza
los velos fluidos y mojados
de vuestras frágiles aguas,
¡oh torrentes y arroyos!,
es donde se ensartan esas vuestras perlas
que a las riberas verdean
y en los cauces ablandan las sumisas piedras
con el sutil tacto de su inmortal
y armonioso movimiento.

Entusiásticos heraldos de las cimas,
¡qué pasión traeréis en arrebatador descenso
que si callarais… moriríais!

¿De qué fuente insaciable procedéis
y en qué noche hallaréis el sueño
si es que no lo dormís ya,
como en un infinito ensueño
del cual ya no despertéis?
Admiradas por vuestra hermosura
os engalanan las ninfas en la perenne fiesta
con el blancor de unas flores de color de espuma
mientras yo,
escuchando el candor de sus voces,
caigo en su sortilegio:
¡quizá claman llantos
por vuestros tormentos...!
o quizá...
quizá cantan por vuestro amor,
que fluye inextinguible y eterno.

1.11.10


Cambiaría yo mis cascadas por tus lacios cabellos.
Cambiaría yo mis lagunas... por tus ojos bellos.
Cambiaría yo mis praderas verdes por tus mejillas lisas.
Cambiaría yo... mi sol... por tus sonrisas.

Cambiaría yo mi lluvia por tus lágrimas.
Cambiaría... la fría voz del aire por tu voz cálida.
Cambiaría yo mi dulce luna por tu dulzura.
Cambiaría mi tierna noche... por el broche de tu ternura.

Cambiaría yo mis nubes por saber tus sueños.
Cambiaría... mi cielo... por conocer tus deseos.
Cambiaría yo mi arena oscura por tu piel clara.
Cambiaría... mis colores... por el cristal de tu alma.

Pero sé que todas estas, mis estrellas,
tan sólo son reflejos...
de tu infinita belleza.