inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



1.11.10


Cambiaría yo mis cascadas por tus lacios cabellos.
Cambiaría yo mis lagunas... por tus ojos bellos.
Cambiaría yo mis praderas verdes por tus mejillas lisas.
Cambiaría yo... mi sol... por tus sonrisas.

Cambiaría yo mi lluvia por tus lágrimas.
Cambiaría... la fría voz del aire por tu voz cálida.
Cambiaría yo mi dulce luna por tu dulzura.
Cambiaría mi tierna noche... por el broche de tu ternura.

Cambiaría yo mis nubes por saber tus sueños.
Cambiaría... mi cielo... por conocer tus deseos.
Cambiaría yo mi arena oscura por tu piel clara.
Cambiaría... mis colores... por el cristal de tu alma.

Pero sé que todas estas, mis estrellas,
tan sólo son reflejos...
de tu infinita belleza.