Es de las perlas la blancura;
el sutil susurrar, del viento;
el velo ingrávido, de las brumas;
y del cielo de la noche son los brillos
que desprenden sus luceros.
Son del agua los reflejos
y del sol las aureolas,
y los aromas pintados de colores,
de formas ondulantes y sinuosas,
son de los campos de lirios y amapolas.
De mi corazón ya no es la tristeza
ni de mis ojos el llanto,
pues ayer escuché el sutil canto
de las doradas voces de la Belleza.