En el profundo valle se recostó el viento
bajo la vaga luz del crepúsculo,
bajo la vaga luz del crepúsculo,
y las hojas de los árboles callaron
rindiéndose al silencio.
Las piedras elevaron sus cantos silenciosos
llenos de palabras de misterio;
el agua reflejó en sus rizados sueños…
la mansa Serenidad…
y la noche la llevó, discreta,
allá, hasta donde miran las estrellas.