inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



15.4.12

En esa noche de luna nueva, sin luz,
me entró ese hambre de morir, en la oscuridad,
y de nacer
y rescatar a los niños perdidos de este mundo.

Dejé a un lado mis castillos
que en el aire mis deseos construían
y los vientos de mis miedos deshacían
y regresé mi pensamiento a tus ojos, a tu mirada,
y a tus labios y a tus besos relucientes
y a tu sonrisa y serenidad,
a tu dulzura,
a tu belleza,
a tu libertad,
a tu esencia clarioscura.

Entonces se me cayó todo eso que pesaba
y se me calló mi grito,
primero al suelo,
como una piedra,
y después al cielo,
subiendo como un águila
donde se ahogó en el fondo del mar del silencio.

Ahora la arrojo yo al mundo
desde esta luna nueva, sin luz,
tan silenciosa como este regresar del mundo puro
que este mi amor sin medida transforma
sin que apenas nadie lo sepa...

Porque basto yo solo, sólo yo, amando,
para despojar al mundo de su bruma
y despejarlo,
y con la forma y color del cielo
desnudo dejarlo.


Y regresé mi pensamiento a tus ojos, a tu mirada,
y a tus labios y a tus besos relucientes
y a tu sonrisa y serenidad,
a tu dulzura,
a tu belleza,
a tu libertad,
a tu esencia clarioscura.