inefable

Eres para mí un azul diamante, de color sereno y veteado. Podría elegirte si del mundo fueras, pero si allá fuera hay algún mundo no dudaría que a la mano de una diosa pertenecieras y que los brillos de sus ojos en ti guardaras. Azul por tu sonrisa, sereno por tu estampa esbelta, veteado cual los cabellos con que los ángeles del aire juguetean. ¡Ay, si fueras de este mundo!: secaríanseme las lágrimas para no llorar más de las nubes de los grises pensamientos. Pero sé que no he de poseerte, así que no seas de este mundo, pues sólo tocarte sintiendo tus dorados resplandores básteme para asomar mi corazón al cielo y así mi sol en mí se mezcle conformando con vos un mundo de azul celeste y de rojo infierno. Pues ya sé donde estás, mi azul diamante, que no es tu anillo para adornar un dedo, aunque corazón sea, sino que eres el eterno brillo de amor, olvidado sólo por mi amante y no amado miedo, ese eterno brillo que navega en las profundas simas oscuras del corazón, allá donde sólo alcanzan los niños, llevados por sus sueños...



10.6.13

Cuéntame qué hacías allá arriba tú,
como si colgando de un cordel invisible
quisieras mostrarme cuán inmensa es tu elegancia;
tú, dibujada por ¡cuáles manos sabré yo!
creadoras de esa forma tuya pintada de un color
desconocido allá en el mundo,
como de una sublime sutileza,
más perfecta tú que esas siluetas
que aún no he podido imaginar
ni jamás tampoco.

Son tu estampa esbelta,
tu sinuosa figura curva
tu delicado escorzo
y tu sutil presencia
los que se han grabado sin remedio
como eternos recuerdos en mis ojos,
prendados de admiración.

Cuéntame tú cómo siendo ahora
ínfima parte de ti misma
has logrado estremecer mi alma aún más
que cuando ayer, que fuiste llena!

Cuéntame... ¿por qué?
¿Por qué menguas y menguando
creces aún más en belleza?
¿Acaso te arropas en ese azul que se va apagando
para buscar tus sueños y dormir la noche?

O quizá... quizá tan sólo buscas
una flor en el cielo
para regalársela a las estrellas
y ganarte así
la blanca sonrisa de sus destellos.